Hay afirmaciones de que estos indígenas se asentaban en un extenso territorio, que se encontraba al norte con los Ayamanes por la Serranía de Matatere, al oeste y al sur con los Azaguas y Jiraharas por el Río Tocuyo y bordeando la Cordillera de Sanare y Río Claro; y al este con los Caquetíos del Estado Yaracuy y con el grupo ltotos de la Sierra de Aroa, en dirección de las aguas del Río Turbio y del Yaracuy. Se indica también que habitaban la región tocuyana desde la Depresión de Quibor al norte, hasta las estribaciones de Chabasquén al sur; además se localizan al noroeste de Barquisimeto por Bobare.Estos indígenas pertenecían a la familia de los Arawacos, por tanto con relación directa con los Caquetíos y los Ajaguas.
Los Gayones que vivían en los márgenes del Río Tocuyo estaban dedicados a la siembra de maíz, yuca, batatas, etc.; la cacería era otra actividad que llevaban a cabo. Eran indios de características belicosa y guerrera. Fuente: http://www.laraenred.com/finalatlas/archivos/page6.html
Mapa de la ubicación de los gayones |
De acuerdo con los datos aportados, los gayones abarcan el territorio más al norte del Estado Lara, colindando con el Estado Falcón, lugar donde la presencia del Apellido Yajure es fuerte. Entra en discusión si los Yajure son de la tribu Gayón, Ayamán, otra, o una mezcla de todas estas.
Los Gayones eran un grupo indígena pre-colombino que poblaba la Serranía de Matatere, Cordillera de Sanare, Río Claro, Serranías de El Tocuyo, Depresión de Quibor al noroeste de Barquisimeto, Bobare en la región Centro Occidental de Venezuela. Pertenecían a la familia de los jirajaras.1 Sembraban maíz, yuca, batata; eran bélicosos y guerreros. Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Gayones
Esta información nos informa que los gayones y los jirajaras son en realidad una misma familia indígena, pero aisladas.
Más información:
Sol Gayón
Antes de la llegada de los exterminadores europeos, el territorio “Gayón” comprendía desde las estribaciones de la serranía Matatere, ubicada al norte de lo que hoy día se conoce como Estado Lara, en la ancha y larga región llamada antiguamente por nuestros Ancestros: “Aribicoa”, el cual incluye a Bobare, Carorita, Duaca y Aroa, para unirse con la zona del Turbio ó Barquisimeto, también con los valles de Quibor, las riberas del río Tocuyo y por su puesto a través de su curso hasta llegar a las montañas que antiguamente se llamaron Dinta y Dinira, es decir, hasta Sanare, Los Humocaros, Barbacoas, Guaríco, Guaitó, Chabasquén y buena parte de la zona alta del hoy llamado Estado Portuguesa.
Mapa de la nación Gayón
El pueblo “Gayón”, cuyo término significa “Hermano”, era una étnea agrícola y sedentaria, pero al igual que todas las comunidades Aborígenes de nuestro continente “Ábya Yala” , fue sometida a la exterminación más horrenda propinada por los europeos, contando con la gran desventaja de que los piratas españoles después de haber fundado (tomando en cuenta que estos inhumanos les llamaban a las invasiones fundaciones)
Santa Cruz en 1.502 (ubicada en la Península de la Goajira) por el Sanguinario español de Alonso de Ojeda, luego Coro en 1.527, por el Despiadado alemán Ambrosio Alfinger, Maracaibo en 1.529 también por este mismo sujeto (Alfinger), decidieron establecer su acción genocida desde las riberas del río Tocuyo en 1.545, cuando el Terrorista Juan Pérez de Tolosa, emprendió su matanza Aborigen desde el propio territorio “Gayón” atentando contra la humanidad y la culturalidad de nuestras Abuelas y Abuelos.
A partir de ese momento la soberanía de nuestra sagrada y extensa nación “Gayón”, se vio coartada debido a las agresiones de las potencias europea , que con mayor experiencias de guerras y por ende, con armas mayormente sofisticadas que las nuestras quisieron arrodillarnos a las órdenes de las coronas infernales de los reyes de España, pero que no se les hizo fácil porque los nuestros comenzaron a resistir con gallardía, de allí que los miembros de este milenario pueblo pasaron de: dueños y gobernantes de sus propios territorios y destinos
Esclavos y perseguidos nómadas, reolectores de frutas y cazadores, resguardándose en los lugares de difícil acceso (las montañas) para preservar la integridad física y sus modos de vidas ancestrales, tomando en cuenta que hoy sus hijos y nietos estamos esparcidos por todos estos lugares, solo que ahora nos llaman “Campesinos”, que por cierto en la actualidad reclamamos las tierras que nos arrebataron los asesinos y que aún se encuentran en manos de sus descendientes hoy llamados “Terratenientes”.
Para pescar el boca chico, la palambra, las lizas, sardinas, puyón y saltador, utilizaban anzuelos hechos con huesos, arpones y tarrayas. Esta Cultura también desarrollo el sistema de pesca por emborrachamiento, que consistía en utilizar el extracto de la raíz de una planta llamada “Barbaco” que atontaba a los peces y de esta manera solían sacarlos con mayor facilidad.
Gayónes pescando
La familia “Gayón” se vestía con una pequeña falda tejida de fibra vegetal que solo cubría los órganos reproductivos, para evitar exponerlos al clima o para protegerlos de cualquier accidente ocurrido dentro de las jornadas laborales, jamás lo cubrían por vergüenza o pudor ya que la sexualidad era concebida como una condición natural de cada ser humano muy lejos de los impulsos morbosos que genéticamente por desgracia nos transmitieron los europeos con las violaciones hechas a nuestras Abuelas Ancestras. El resto de sus cuerpos esbeltos y fornidos estaban decorados con hermosos motivos pintados con una tinta llamada Bariquí.
Niños Gayónes
En esta Cultura existía la figura del Moján, quien era el hombre más antiguo de la comunidad y cumplía con las funciones de un abuelo sabio y curandero ya que había heredado el legado étno-medicinal y las propiedades curativas de ciertos animales como la Onza, también se desempeñaba como guía espiritual y por ende dirigía los rituales sagrados.
Entre otras de sus atribuciones estaba la de orientar las decisiones relevantes de la comunidad en lo político y en lo social. El Moján también era un gran maestro porque dedicaba buena parte de su tiempo a la enseñanza o transmisión de saberes para todos los niños y niñas de su comunidad
Los Gayones, fabricaban cerámicas, cultivaron el mái como alimento básico y prioritario, también cultivaron las caraotas, las lentejas, el quinchoncho, el cactus llamado cadushi, del cual preparaban una harina para hacer sopa como alimento de alta estima y la penca de cocuy horneada como rica fuente de proteínas, el guaje, la auyama, la yuca, la nuez, la palma, el cambur, la flor del Bucare, la cual servía como una deliciosa y nutritiva carne vegetal, e/o.
Cerámica indigenas
Dormían en chinchorros dentro de grandes casas comunales sin paredes y diseñadas para varias familias con techos de pajas y hojas de pencas de cocuizas. eran consumidores de miel y recolectaban alimentos para todo el invierno.
Sus armas para la caza y la defensa territorial estaba comprendida por Arcos de 1,50 metros de largo, flechas de un metro de longitud hechas de verada ó caña con una pieza puntiaguda fijada en un extremo y en el otro plumas de aves amarradas con hilos encerados para la estabilidad y la precisión del lanzamiento, también utilizaban las cerbatanas con dardos hechos de hebras de palmas tostadas con puntas afiladas.
Otra forma de conocer al pueblo Gayón la podemos encontrar a través de su idioma, ya que aunque gran parte del mismo desapareció de la memoria colectiva debido al hostigamiento europeo y a la evangelización forzada, podemos contar con un corto listado de palabras que dan fe de una Cultura con idioma milenario:
Hombre:
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Yus
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Mujer:
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Suségene
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Curandero
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Moján
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Niño
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Payós
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Cosecha
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Kibók
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Pluma
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Besa
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Quebradra
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Kigua
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Luna
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Yi
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Sol
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Yivat
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Tinaja
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Guayí
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Guaro
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Hermano
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Maraca
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Ikidana
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Grande
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Deu
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Jojoto
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Turá
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Esta información nos la dio nuestro hermano gayón Heiler Mendoza (Chabasquén) en una entrevista en el balneario de agua clara, estudiante de misión cultura y fiel defensor de nuestro pueblo.
Heiler Mendoza (Gayón)
Deseamos halla sido de mucho para usted que busca, información del gran pueblo guerrero Gayón.
Petroglifo Gayón
Tras los pasos de los Gayones
La vía Los Caracoles de Duaca conecta con dos patrimonios donde confluyen la riqueza natural con fragmentos de nuestros antepasados indígenas
por FERNANDO GALLARDO | DOMINGO 6 DE NOVIEMBRE DE 2011Fotos: Cortesía Francisco PérezSigue leyendo
Un solo camino, al extremo este de Duaca, es el punto de partida hacia parajes que relatan un pasado indígena en Lara. La vía Los Caracoles, rumbo al caserío Tumaque, sirve de referencia para encaminarse a la contemplación de un par de monumentos que mezclan la herencia de la naturaleza con la cultura de civilizaciones aborígenes.Saliendo por el barrio El Frío de la capital del Municipio Crespo, comienza la travesía para llegar hasta la Cueva del Indio. El trayecto es corto pero duro, tan solo 20 minutos de camino a bordo de un imprescindible vehículo rústico.Atravesando la densa humedad de la Perla del Norte se llega hasta la cúspide de un cerro, poco antes de encontrar las grandes antenas de telecomunicaciones de la zona. Allí se deja el transporte y se continúa a pie hasta la cueva, una formación rocosa ubicada en una saliente de la montaña."Si nos detenemos en el punto alto del cerro, a la derecha de la vía, se verá una talanquera que puede ser abierta con las manos. Detrás de ella está una sabana de vegetación que mide aproximadamente dos metros de altura", detalla Eduardo Sánchez, promotor del portal Laraturismo, quien junto a la Corporación de Turismo del estado Lara visitaron recientemente la zona para levantar un registro fotográfico con Estampas Larense como testigo.Con el ojo puesto en el cerro de la cueva, en línea recta, se comenzó a trazar el camino entre el monte espeso, cuyo roce puede generar finos cortes en los brazos y piernas si están descubiertos. "Caminamos unos 20 minutos sin distraernos de lo que tenemos al frente para no caer en algunas de las pequeñas lagunas que hay en los alrededores", explica el guía.La travesía la complementa un bosque de caminos improvisados por corrientes de agua y animales silvestres. El trayecto se hace bordeando la montaña hasta llegar a la mítica Cueva del Indio, con su abertura de dimensiones colosales que parece comerse a sus visitantes.Según los moradores de la zona y los abuelos del pueblo, fue usado como cementerio por los indígenas Gayones a mediados del siglo XIV d.C. Por dentro parece una sobrecogedora casa de piedra con arcos y compartimientos bien definidos, estos últimos con formas de pequeños túneles que se van achicando hasta hacerse impenetrables.Saqueadores de tumbas llegaron a colectar vasijas que fueron dejadas por los aborígenes, así como osamentas. Algunas se han podido recuperar y se encuentran en instituciones de investigación y conservación como el Museo Antropológico de Quíbor.Vigías a otro mundoLa sensación de pasar a otra dimensión y casi sentir la energía de los Gayones que hace siglos transitaban esta zona, es palpable al llegar a los petroglifos de Duaca, diseños tribales grabados en rocas que se encuentran en la vía Los Caracoles, después del caserío Tumaque.Para acceder a la zona arqueológica hay que ingresar a la hacienda La Molinera. Sus dueños, la familia D'Amelio, son gentiles productores pecuarios. Siempre y cuando se les pida permiso y se les explique el propósito de la visita, dejan pasar a los visitantes, porque para llegar a los petroglifos es necesario atravesar sus predios.Después de 20 ó 25 minutos de caminata se llega a un pasillo formado por dos enormes rocas, una a cada lado del camino, casi como una evocación local de los famosos monumentos megalíticos de Stonehenge en Inglaterra. En su superficie resguardan las huellas que los indígenas Gayones dejaron para la posteridad y que los excursionistas subrayan con tizas de colores para resaltar sus formas cuadradas y redondas. Aparentemente sin sentido los habitantes de la zona sugieren que se trata de mensajes sagrados para los indígenas.No se sabe con certeza si las piedras fueron trasladadas hasta allí o pertenecen a la topografía del Municipio Crespo. Lo cierto es que oculto en la alta maleza se levantan en el horizonte como dos vigías en la entrada a otro mundo.
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